viernes, julio 08, 2005

La vida es sencilla, es como cocinar.

Un sartén con tres cucharadas de mantequilla. Arroz. Freir hasta que se cambie de color y tome tonos dorados. Una cucharada de consomé. Tres tazas de agua. Fuego alto hasta hervir. Bajar a fuego medio y esperar a que se consuma la mitad (8 minutos aprox). Echar medio kilo de camarones, pelados y limpios.

Servir con pan tostado. Vino blanco frio.

Provecho.

La incertidumbre termina y ahora empieza a correr el reloj. Dallas me espera y ahora empieza a prepararme mentalmente al cambio.
Es algo difícil, porque jamás en mi vida he hecho una mudanza así. Pienso en muchas cosas que voy a extrañar. Siento el fantasma del Jamaicón Villegas rondándome.
Se que extrañaré muchas cosas.
El mar. El clima. Se que extrañaré los viajes a La Paz. El pozole y el mezcal de Elino, las cervezas en el Perico Marinero.
Faltan dos meses para irme pero al menos ya se cuando me voy.