jueves, abril 28, 2005

Me imagino que se tiene que tener algo especial en la sangre. Debe haber un antecedente o un dato genético en torno a eso, pero no creo que cualquiera esté hecho para protestar.
Leyendo a Daniel Salinas en torno a esos personajes que andan en busca de ser noticia, pienso en la de gente que adora acudir a marchas. Creo que no cualquiera puede, se tiene que tener un perfil especial para ello, para gritar las consignas, para caminar como pendejo en torno a un edificio. Se debe ser lo suficientemente guevon para durar meses sin trabajar y sin hacer otra cosa que estar aplastadote a la sombra de un árbol.
Pienso en los "estudiantes" que acamparon durante meses afuera del Centro de Gobierno. Se les veía felices, riéndose a carcajadas, para posteriormente formarse, gritar consignas sosas y burdas, para cumplir con la protesta del día. Y como no estar feliz, si a tus 15 o 16 años te pagan tu boleto de camión desde Puebla, Estado de México o Guerrero, te dan de comer y conoces gente.
Lo mismo pasa con las doñitas de las colonias, que cuando no protestan por el agua, lo hacen por un terreno o para apoyar a un candidato.
Y que por qué creo que se requiere algo especial, porque cuando ha habido marchas de grupos especiales, como enfermeras, periodistas o abogados, simplemente no hay nada. No hay chispazo, no hay química ni amor. Son aburridas, burguesas y no se las crees.
Acostumbrado a algunas comodidades de la vida, no entiendo sin embargo ese afán de manifestarse por ideologías. No entiendo el que japoneses se agarren a golpes contra policías en una protesta por el manejo que en los libros de texto se da de la segunda guerra mundial.
O que manifestantes acampen durante días afuera de la embajada brasileña en Ecuador para impedir que se vaya asilado el expresidente.
Aquí hay quien se ha acostumbrado a protestar, aunque sus protestas no tengan eco. Quienes cubrirmos migración, ya sabemos de antemano lo que dirán los activistas... Cuántos Mas???
Lo mismo sucede en Juárez y el caso de las muertas, donde han tenido que ser bastante ingeniosas con tal de aparecer en los medios.

Menciona Daniel a un viejito que se ha convertido en una amenaza para los reporteros. Tuve la mala suerte de darle mi teléfono y no dejó de llamarme diario durante dos semanas. Era como tener a Nachón a un lado.
Cosa curiosa..alguna vez lo mencione en un post aquí. Me llama la atención esa gente que por necesidad se vuelve experta en temas. Lo he visto con amas de casa que por protesta por la instalación de una gasera comienza a volverse experta en estudios de impacto ambiental, burocracia ecologista, etc.
Conoci a una mujer cuyo hijo se involucró en el narco y desapareció. Así que comenzo a hablar de leyes, de recursos, de procedimientos, con la misma familiaridad como si hablara de la lista del mandado o los distintos jabones de ropa.
Este señor del que habla Daniel se volvió un ingeniero empírico, cuando se trataba de un simple maestro normalista. Te puede hablar de grosor de tabiques, de cimientos, castillos, compactación del suelo, permisos de desarrollo urbano. La necesidad los involucra tanto que se especializan.
Hay casos más pesados, como madres que se vuelven médicos expertos cuando un hijo sufre alguna rara enfermedad. Se les hace común hablar de niveles de glóbulos rojos, presion, tratamientos o medicinas.

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