miércoles, junio 04, 2003

Caminar, caminar, caminar.
Es una actividad agotadora y a la vez gratificante. Aprendí a caminar con mi hijo, aprendí muchas cosas más de hecho.
Supe de la tolerancia, del hartazgo a todo y a la nada, del hambre y del sueño, del miedo, sobre todo del miedo.
Jamás pensé que mi salud fuera motivo de preocupacion. Nunca me preocupé de eso hasta que vi a mi hijo y me entró una especie de pánico silencioso por dejar de verlo.
Al mismo tiempo, nació en mi un excelente sentido del oído, soy capaz de descifrar cualquier sonido que venga de él.
Siempre pensé en morir joven (quien no), pero ahora no pienso en eso, no puedo pensarlo.
Es por eso que he decidido caminar, caminar y caminar.

0 y tú que piensas?: