Hay quienes odian a muchos y hay quienes odian a pocos.
Lo veo en algunos blogs, como se sirven de la escritura para desahogar odios.
No se si sea una desventajam pero en mi caso no odio a nadie. Tendría razones para odiar a dos que tres, pero prefiero pasar por alto esas razones.
No odio ni a la Iglesia, ni a los políticos. No odio a los gringos, ni a los chilangos.
No odio a la madre patria por conquistarnos ni a Diaz Ordaz por la matanza del 2 de octubre.
Siento más que nada que odiar es perder el tiempo, es desgastarse, porque de alguna forma te vas conviertiendo en aquello en lo que odias. Para amar te transformar en la persona en que amas, lo mismo sucede con el odio de forma más silenciosa.
Y que conste, no amo a todo el mundo tampoco, me da flojera.
jueves, octubre 02, 2003
el Rene at 1:19 p.m.
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