Desconfío de la gente que odia.
Desconfío de la gente que tiene sentimientos tan extremos como para odiar algo. Lo mismo la religión, un partido político o a una persona.
Será porque me parece un desgaste inútil,porque finalmente es darle una importancia a un asunto que debería no importante. Porque finalmente, te vas convirtiendo en aquello que odias.
Creo en las pasiones como motor de actitudes, pero siempre en función de un interés personal (sea positivo o negativo para la visión de los demás).
Existen escritores cuyas novelas manejan como tema principal el odio, y hay otros, como el caso de Fernando Vallejo, donde el odio se transmina, empapa lo extratextual.
Es una literatura que no me identifica, pero que me mantiene atento. Genera una sensación de contrastes que no logro definir.
Pienso en otro tipo de novelas y en otro tipo de odios. Uno de los personajes que más me apasionan es el Conde de Montecristo, una lección sobre como poder pensar en la venganza sin pasar por el odio.
Leo en muchos blogs comentarios de odio, algunos en tono sumamente sarcástico e incluso divertido.
En otros simplemente su seriedad resulta patética.
sábado, diciembre 20, 2003
el Rene at 4:41 p.m.
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