Tres horas y 15 minutos después me doy cuenta de que no puedo ver cine como antes.
O más bien, de que ya no me emocionan algunos temas.
Tras ver el Señor de los Anillos en su tercera parte quedá una sensación de robo. Quiero mis 28 pesos, como dicen los chicanos, que me los den pa'tras.
Se me hizo la peor de las tres historias, repeticiones de las secuencias de peleas, personajes sacados de la manga para justificar el final.
La primer parte me gusto todo, ambientación, historia, música. En la segunda parte sentí que quedaban a deber un poco, pero aguantaba aun.
Excepto por la historia del Gollum, a los demás personajes no les delinearon nada de psicología. Tenemos un mago que no usa sus poderes y que no tiene enemigos.
Quizás en otro tiempo me hubiera emocionado, pero ya no estoy en edad de andar de groupie ni de fanzineroso.
A lo mejor me he amargado, como dice ella, pero no hubo nada nuevo bajo el sol.
Incluso la secuencia de los elefantes en combate ya la había visto yo en Star Wars.
martes, diciembre 30, 2003
el Rene at 11:27 a.m.
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