Sin duda el espíritu navideño hace aflorar el más alto nivel de consumismo que hay dentro de mi.
Ir a las tiendas de San Diego durante todo el día, luego de una fila de 90 minutos, y no traer nada que me haga sentir contento solamente me genera una gran frustración.
No se trata de comprar por comprar, es más, no tiene porque ser una compra para mi.
Eso me sucedió el sábado, aunque tuvo final feliz.
Una inesperada parada en la blockbuster me permitió comprar Bowling for Columbine, Persona, de Bergman y Dancer in the Dark, de Lars Von Trier.
lunes, diciembre 01, 2003
el Rene at 5:12 p.m.
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