Por alguna extraña razón, últimamente me ha tocado ver tres buenas películas que tienen como tema principal la soledad.

La primera fue The Station Agent (Thomas McCarthy, 2003) que cuenta la historia de un hombre que hereda una abandonada estación de tren en una pequeña ciudad. La película no tiene un climax pero la historia es una aproximación a cuatro personajes, cada uno con una distinta visión de la vida en soledad.

Después de esa vi Broken Flowers (Jim Jarmush, 2005) que es una especie de seguimiento al personaje de Lost in Translation. Aunque en términos reales no tenga que ver una película con la otra, de fondo vemos la historia del vacío, de un hombre que de pronto se da cuenta que no tiene nada de fondo, que ha vivido en soledad a pesar de la compañía.

Finalmente fue Tony Takitani (Jun Ichikawa. 2004), la más lenta de todas, quizás la menos fuerte, pero la más clara.

Las tres películas me gustaron, aunque me extraña el hecho del tema común, sobre todo porque de lo que menos sufro ahora es de soledad.