Hace tiempo Daniel Salinas mencionaba algo acerca del lugar donde murió Kennedy. Y decía que todos quienes llegan a esta ciudad van de inmediato a conocer el punto donde murió JFK.

A dos meses y medio de haber llegado a vivir aquí, hasta hoy se me hizo conocer la esquina de Elm y Houston. Y la visita fue meramente incidental.

La idea era conocer un pequeño cementerio de los primeros pobladores de Dallas. Sin embargo al llegar a esa esquina me sorprendió ver tanta gente corriendo de un lado a otro, tomando fotos y viendo hacia todas partes.

Tarde un rato en agarrar la onda y saber que estaba viendo sobre la calle una X que marcaba el punto exacto donde recibió el primer disparo.

En fin..me llamó la atención el atractivo turístico que es. Y de pasada escribó un texto a petición de un amigo para su página, ahi va.


¿QUIEREN MONOLOGO? O LA COMEDIA EN LA ELECCION PRESIDENCIAL

La esquina de las calles de Elm y Houston en el centro de Dallas está llena de gente. No importa que se trate de la entrada a una importante carretera, la gente se atraviesa, se toma fotografías y camina de un lado a otro.

Es ahí uno de los puntos turísticos de la ciudad y no es para menos, ahí fue asesinado John Fitzgerald Kennedy cuando realizaba una gira de campaña.

A un lado de la plaza Dealey, justo por donde pasó JFK, se arremolinan ahora pequeños juglares para narrar la historia de la conspiración - sino no vende, hermano, comentó uno de ellos - mientras las cámaras captan todo lo que pueda representar historia.

Lejos de ahí, a bastantes cientos de kilómetros, la Plaza de la Unidad y la Esperanza, en el corazón de Lomas Taurinas, permanece abandonada. La estatua de Luis Donaldo Colosio no significa nada.

La comparación puede parecer injusta. Uno era Presidente, mientras el otro apenas se encontraba en busca de ese cargo. Sin embargo, la diferencia está también en la percepción que tenemos de un gobernante.

Si le preguntaran cuál es el último Presidente de México al que vio con respeto, la mayoría respondería que Lázaro Cárdenas o incluso se referirían a Benito Juárez.

Y es que la figura presidencial no es digna de respecto en México. Bueno, hemos llegado al caso de tener verdaderos payasos al frente del país y para muestra las máscaras que de ellos circulan en las calles.

Durante muchos años, el presidencialismo entraba a fuerzas, con calzador. Desconozco si antes hubo algún caso, tendremos que culpar de eso a mi exagerada juventud, pero el primer caso donde se rompe ese protocolo y reverencia al presidencialismo tuvo que ser el "culeeeeeeeeero" que recibió Miguel de la Madrid en el mundial de 1986.

Quizás algunas de las canciones escritas contra Díaz Ordaz en 1968 buscaran burlarse del Presidente de la República, pero se mantenían un poco como parte de un movimiento clandestino.

Actualmente en México la actuación de los políticos sirve de guión, casi como una trascripción, para segmentos televisivos como "las Mangas del Chaleco" o "El Privilegio de Mandar".

Ahorita es difícil saber si se trata de un programa de parodias o de un noticiero.

En Estados Unidos, la patria no es vista con solemnidad, aunque el nivel de patriotismo llega a ser enfermizo. La bandera estadounidense se encuentra en todas partes, lo mismo en calzones que en tenis.

Sin embargo, la presidencia lava todo. Un presidente en Estados Unidos es blanco de todo tipo de bromas, de críticas y de burlas, sin embargo al convertirse en expresidentes recuperan un respeto.

Con todo lo que representaba haber renunciado al cargo en medio de un escándalo político, la gente habló maravillas de Nixon a su muerte y su funeral corrió con los honores sin falsa solemnidad.

En México este año se elegirá nuevo presidente y hasta el momento no es posible saber que tanto pesará el carácter de los candidatos en nuestra percepción de los políticos.

Hasta el momento no sabemos si llegará el sucesor de Juárez o de Cárdenas, o simplemente ese cómico de carpa que este año deja su cargo le cederá el lugar a una nueva figura de la barra cómica del canal de las estrellas.