lunes, diciembre 19, 2005

LA DERROTA

Dice el dicho que 'hay que saber perder' y los mexicanos, contrario a lo que muchos creen, sabemos perder. Acostumbrados en todos los ámbitos a la derrota, el problema surge cuando sacamos a flote lo que creemos que debe hacerse cuando se pierde.

Llega Estados Unidos y nos avisa que lejos de darnos la enchilada completa tenemos que abandonar el restaurante. México se preparaba para el regateo y resulta que ni botana nos dieron.

Se construirá un muro entre los dos países. En Tijuana ya existe uno desde hace varios años construido con acero utilizado durante la guerra en Irak en aquella Tormenta del Desierto.

En definitiva perdimos. Y cual es la reacción en México: llorar amargamente, decir que no se vale, que así no se juega, que es juego sucio.

Muchos ven en Estados Unidos al gran enemigo, al monstruoso ser al cual debemos odiar. El problema es que es nuestro principal socio comercial, es en ese país donde tenemos el mayor número de mexicanos que no están en nuestra tierra y nuestro vecino.

Ante estas características, simplemente no sabemos como tratarlo. Siempre he pensado que los criterios Bien-Mal no sirven, se requieren matices, tonos intermedios.

Y si pensamos en EU como un país gandalla, pero hasta ahí, quizás sepamos también como tratarlo. El problema es que el gobierno mexicano muestra un cariño exagerado por EU, como si se tratara de la mujer golpeada pero que defiende aun con eso al marido porque 'es mi marido y el sabe como corregirme'.

No se vislumbra una salida. El acuerdo migratorio ha quedado bastante lejos y ahora la discusión va hacia quitarle la ciudadanía a los hijos de indocumentados, lo que representará ahí sí una radical decisión de Estados Unidos.

La pregunta sería... podremos hacer algo, más allá de lamentarnos y esperar la benevolencia de los gringos.

El orgullo está herido, o por lo menos debería estarlo. Por qué no tomar medidas un poco más radicales, de esas que hagan valorar el cariño que los gringos deberían tenernos por el simple hecho de ser vecinos.

Y si de pronto México decidiera reducir su vigilancia en la frontera con Centroamérica? Y si permitiéramos que quien quiera utilizar nuestro país para cruzar hacia Estados Unidos, lo entenderían?

Obviamente, esto sin dejar de cuidar la seguridad nacional. No se trata tampoco de que circule toda la droga que se pueda (aunque ahorita no parece que detengamos mucha).

El Presidente Vicente Fox sin embargo ha decidido por la respuesta diplomática, que en términos sencillos significa lloriquear, tirarse al suelo y gritar a todo pulmón 'pégame, pero no me dejes'.

FILOSOFIA URBANA

'La gente, todos ustedes, todos los que podemos tener un poco de criterio y de conocimiento de fútbol podemos enjuiciar esto como una verdadera arbitrariedad, un robo de un juego. El arbitraje mexicano demuestra que está muy por detrás del País que tenemos y no nos merecemos un arbitraje así', dijo un directivo del equipo Monterrey tras su derrota en la final contra Toluca.

El problema está en que la visión es la incorrecta. El arbitraje no está muy atrás del país, está al mismo nivel. No nos merecemos un arbitraje así, dice el directivo rayado.

Tampoco nos mereceríamos un país así, así que ni modo, hay que apechugar.

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