De cordones umbilicales
Estos son días de angustia permanente. El pequeño Nemo, por primera vez en su vida, pasa más tiempo con alguien que no es uno de sus padres. Por cuestiones laborales, hemos tenido que meterlo a una guardería. De 7 a 6. A lo más, lo tenemos con nosotros cinco horas, ya que el resto es para dormir.
No puedo evitarlo, es algo que me angustia y me entristece. Es aprender a que tiene que volverse independiente. Obviamente se que todo esto le servirá mucho. En menos que lo piense estará hablando inglés. Pero sin embargo me queda la preoocupación sobre su bienestar. No dejo de preguntarme si estará bien en todo momento. Ayer, luego de dos días de clases, hubo reclamo. Al menos en tres ocasiones nos dijo que se había salido del salón y lo habían regañado.
"Por qué cuando me salí del salón no estabas ahí. Te busqué y no estabas", dijo, casi llorando. Así que son días de pláticas con el Nemo, tratando de estar siempre conectados. Por lo demás, él feliz de tener amigos. Cuando íbamos a mudarnos hacia acá, la forma de convencerlo fue que iba a entrar a una escuela y tendría mucos amigos con quien jugar. En Tijuana tenía pocos, aquí menos. Así que al menos cummplimos la promesa, aunque sea siete meses después.
miércoles, junio 21, 2006
el Rene at 7:56 a.m.
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