Quisiera ser un pez...
No se ni la razón exacta por lo que la compré, pero la semana pasada decidí que necesitabamos algo nuevo en la casa. Y por nuevo me refería a una distracción, a una mascota. Viviendo en un departamento gringo, las restricciones de animales están reguladas, así que tener un perro o gato dentro sale caro. De entrada un depósito de 200 dólares. Además de los problemas de asma del Nemo, lo que también nos imposibilitaba de tener algo diferente, como un hamster u otro roedor. Así que opte por lo más simple, peces.
Tengo frente a mí una pecera. Pequeña, pues es de tres galones. Es un primer paso. Es una pecera con su filtro, sus piedras y toda la cosa. De entrada sólo hay tres peces, que son los que me explican deben estar como máximo. Y el problema es que la maldita pecera me ha gustado demasiado. Me entretiene y me relaja. El Nemo ha pasado horas viéndolos nadar. Uno de ellos, el más colorido, es su favorito.
Me dicen que el problema viene cuando haya que mantener la pecera bien. Limpiarla sobre todo. El Nemo no ha olvidado en ningún momento de darles de comer. Es incluso la mejor forma de despertarlo en las mañanas. El caso es que sólo estoy esperando cambiarme de casa para buscar algo más, posiblemente una de 20 galones, si no es que me entra la locura y me voy hasta una de 40.
domingo, febrero 18, 2007
el Rene at 3:54 p.m.
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1 y tú que piensas?:
existen químicos incluso para no tener que preocuparse mucho por limpiarla.
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