lunes, febrero 26, 2007

Mucho trabajo en estos días. La búsqueda de la casa me empieza a volver loco. Demasiado stress... Unos días de insomnio y mal humor. Ahorita estoy en una semana de descanso en tanto determinamos algunos detalles importantes sobre ubicación. Y justo ahora entre en un proceso diferente en el trabajo, algunas actividades distintas a las normales me están inyectando información al por mayor. En pocas palabras, estoy aprendiendo trucos nuevos. Para ser un perro viejo es bastante.

En medio de eso viví un fin de semana que más tarde relatare. Me sirvió para descansar. Me hacía falta algo así.

domingo, febrero 18, 2007

Quisiera ser un pez...

No se ni la razón exacta por lo que la compré, pero la semana pasada decidí que necesitabamos algo nuevo en la casa. Y por nuevo me refería a una distracción, a una mascota. Viviendo en un departamento gringo, las restricciones de animales están reguladas, así que tener un perro o gato dentro sale caro. De entrada un depósito de 200 dólares. Además de los problemas de asma del Nemo, lo que también nos imposibilitaba de tener algo diferente, como un hamster u otro roedor. Así que opte por lo más simple, peces.

Tengo frente a mí una pecera. Pequeña, pues es de tres galones. Es un primer paso. Es una pecera con su filtro, sus piedras y toda la cosa. De entrada sólo hay tres peces, que son los que me explican deben estar como máximo. Y el problema es que la maldita pecera me ha gustado demasiado. Me entretiene y me relaja. El Nemo ha pasado horas viéndolos nadar. Uno de ellos, el más colorido, es su favorito.

Me dicen que el problema viene cuando haya que mantener la pecera bien. Limpiarla sobre todo. El Nemo no ha olvidado en ningún momento de darles de comer. Es incluso la mejor forma de despertarlo en las mañanas. El caso es que sólo estoy esperando cambiarme de casa para buscar algo más, posiblemente una de 20 galones, si no es que me entra la locura y me voy hasta una de 40.

sábado, febrero 17, 2007

Saturday Night Fever

Desconozco si existen estudios a fondo, pero creo que sería necesario. El futbol tiene un efecto curativo. Es raro, pero cierto.

Esta última semana ha sido difícil. De una infección de ojo hoy tengo una en la garganta. Es la misma, mutada. Pero lo más difícil es la fiebre. Sigo con la fiebre. Largas noches he pasado con ella, con alucinaciones.
Y sin embargo, nada resulta más terapeútico para mi que un partido de futbol. Y no, no tiene que ser europeo ni de alto nivel. El viernes en la noche vi una semifinal de futbol centroamericano. Panamá - Guatemala. Qué se podría esperar de dos equipos así. Por dos horas estuve jodido, pero de alguna forma relajado. Este sabado las jornadas de fiebre han sido intensas y a pesar de no ceder, se han hecho menos gracias a la jornada 6. Sólo durante los partidos de Pumas no hay relajación. Me brinca la emoción y últimamente la frustración. Pinche Tuca, se hubiera quedado en Tigres.

Son casi las diez de la noche y Toluca empata con América. Ya no hay fiebre y si no fuera por la medicina, estaría sirviéndome ahorita un vaso de Ron Zacapa Centenario... Hace unas semanas un compañero guatemalteco me trajo de su país una botella de ese ron. Lo había probado en su casa meses atrás durante una reunión. Así, me dijo, se toma sólo con un par de hielos. No le hizo falta coca cola. Una delicia. La botella permanece cerrada por las enfermedades, necesito una tregua.


Cinta Blanca
Tres o cuatro clases habré tenido, no más. Yo era un robusto niño de 7 u 8 años. El caso es que después de mi breve experiencia, jamás volví a hacer Karate. El estudio estaba a media cuadra de mi casa. Eran conocidos los maestros, vecinos de la misma colonia. Mi hermano había ido mas tiempo, un par de años quizás. En mi caso no me llamaba la atención y no se bien ocmo fue que entré, pero no duré. No era lo mio.

A sus cuatro años, el Nemo ha estado en sus clases de Tae Kwon Do más de lo que yo duré en el Karate. Va dos veces a la semana y lleva casi un mes. Al entrar al dojo se transforma. Tiene cuatro años, es lo que me sorprende. Se emociona, pero se lo aguanta. No brincotea, no bromea. Se mete en su rollo y se pone demasiado serio, casi parecería que está enojado.

Pero no, lo disfruta. Sale de su clase y empieza a platicar lo que hizo. El día de hoy completó por primera vez una rutina el sólo. La recordó y la ejecutó bien. Eso le valió una marca en su cinto blanco. Digamos que me llegó un orgullo de padre que no me había tocado sentir.

viernes, febrero 16, 2007

Jacob Ladder

Este 2007 me ha tratado mal en materia de salud. Tengo prácticamente una semana sin ir a la oficina. Y eso de trabajar en casa se me complica un poco porque me distraigo con algunas cosas. La infección del ojo ha bajado a la garganta y eso ha traído consigo una serie de episodios con alta fiebre.

Cada uno de estos episodios está acompañado a su vez con una serie de alucinaciones muy curiosas. En un par de ocasiones me he sentido como atrapado en redes.

Cuando he despertado por completo y le hecho conciencia me gana la risa, sin embargo he sufrido la angustia de estar atrapado. En otro caso sentia que me comían sanguijuelas. Obviamente trataba de arrancarlas.

Cuando estuve completamente despierto descubrí que en mi desesperación había logrado irritarme la piel, sobre todo en el cuello, tratando de quitarme las imaginarias sanguijuelas.


CASAS Y MAS CASAS
Hay quien dice que buscar casa es una tarea divertida. Aun no le encuentro lo divertido. Por internet he perdido muchísimas horas tratando de ubicar primero zonas en general, luego con algunas seleccionadas trato de hallar la casa perfecta, como si eso existiera. Pido poco, una cocina grande y abierta, de preferencia con isla. Un patio grande con pasto. Y como ingrediente extra, totalmente opcional, una arquitectura rara, moderna o no, pero que permita jugar con ella.

Hoy como nunca espero poder tener una casa para ponerme a hacer cosas. Desde comprar muebles, hasta sembrar diversos tipos de flores y plantas. En Tijuana tenía un pequeño jardín, un bloque de 2x2 quizás, y llegué ha arreglarlo muy bien. Lo mejor que se dio ahi fueron las flores de cempasuchil...

Físicamente he ido a ver tres casas, de las cuales sólo una nueva. Ver las casas modelo es un peligro. Crees que tu casa se verá igual, aunque después, al revisar la letra pequeña te das cuenta de que todo lo que tiene son extras y que el precio se incrementará mucho. Además, para mi está el riesgo de sentir que vivo en un hotel. Demasiado bonito.

Aquí hago un paréntesis para explicar algo que descubrí en relación a comprar casas en EU. Cuando compras casa, apoyado en un agente de bienes raíces siempre, no ves sólo lo que quieres comprar, sino lo que puedes vender. Lo explico. Llegamos a ver una casa y lo primero que me dijo el agente es que de comprarla, sería muy difícil de vender cuando ya no la querramos. Así que cada casa que veíamos, era pensando en las condiciones para después facilitar su venta.

En México, estamos acostumbrados a que cuando compras tu casa es prácticamente para vivir toda la vida y luego pasarla a tus hijos y ellos a sus nietos. Aquí es como los carros, los tienes tres años, una vez que ya no le pierdas con el rollo de las hipotecas, entonces brincas a otra mejor. Esa cultura del Upgrade. Así lo hemos tenido que ver. Queremos una casa para tres o cuatro años. Entonces los criterios cambian.

Esto apenas empieza. Esto del sueño americano parece más cansado de lo que pensé.

lunes, febrero 12, 2007

Pink Eye and Coffee

Soy víctima de la paranoia. Tengo tres días con un ojo semicerrado. Conjuntivitis le llaman. Además de eso traigo la garganta cerrada. Dios bendiga la penicilina. El caso es que el viernes prácticamente la pase en casa, cuidando además a un siempre enfermo Nemo. Este lunes me aventuré a ir a trabajar. Y desde el momento en que llegué a la oficina, todo mundo brincó con la condición de mi ojo. Así que me mandaron de regreso a casa.
Me llama la atención la diferencia con México. Aquí en toda oficina encontrarás jabones antibacteriales, botes de aerosol tipo Lysol para desinfectar áreas comunes, llámense mesas, teléfonos, sillas. Todo mundo se cuida, toma distancia, lo mismo de la gripa que de cualquier otro virus. El caso es que yo en mi casa no trabajo y preferí llegar a un Starbucks.

Frente a mí hay una pareja discutiendo sobre bienes raíces, me imagino que uno de ellos es el agente y el otro un posible comprador o vendedor. A un lado están tres personas, cada una en su mesa, con sus computadoras. Al fondo están otras tres personas, todas ellas con computadoras, revisando hojas. Quién lo pensaría. Las oficinas empiezan a pasar de moda.

Como reportero escribí notas en infinidad de lugares. Llegué a tener mi computadora en plena rueda de prensa, escribiendo mientras la fuente hablaba. Lo hice varias veces, cuando había partidos de futbol de la Champions o algún partido importante en el Ruben Hood... tomando cerveza. Escribí en el Sanborn's. Lo hice en algún restaurante de Ensenada mientras comía mariscos. En la playa. Lo más exótico, en el estacionamiento de Viejas Casino. De ahí a dictarlo por teléfono.

Eso me parecía de lo más conveniente de la profesión. Me encantaba poder reportear y después desentenderme en el proceso de escribir. Podía relajarme, comer, lo que fuera, para después mandar o dictar.

domingo, febrero 04, 2007

Halftime...


A pesar de que este año vi más partidos de futbol americano de los que había visto en una temporada en mi vida, incluyendo algunos colegiales, llegué al Super Bowl con la misma indiferencia del año pasado. Pude verlo o no verlo. Lo veo porque estoy en casa y no hay nada mejor. Aunque bueno, también lo veo por los comerciales.
Trabajar en ese medio me obliga a verlo, es necesario y sumamente saludable ver lo que hacen los demás. Obviamente es algo así como los oscares para los cineastas. No se trata de los mejores comerciales (en Europa nos llevan de calle), pero si unos de los más caros y con mayores recursos invertidos en producción. Ahora se incorpora el ingrediente de que varios de los comerciales que se tranmiten son hechos por no profesionales. Tanto Chevy, Doritos y la NFL sometieron a concurso abierto sus comerciales,, para que cualquier persona presentara sus ideas. Algunos soltaron adelantos por internet.. Y es que el nuevo dios se llama Youtube. Llegará el momento en que crearemos comerciales exclusivamente para pasarlos ahí. Sino, que le pregunten a la chica que canta la de Gillete o la danza de los conejos ecuatorianos...