3 X 10

Dentro de un par de horas llegaré a los 30.

No tiene una mayor representación. Digo, no hay mayor cambio que cuando cumplí 27 o 28.

No me siento viejo, pero ya no me siento joven. Mucho de mi comportamiento está alejado de cualquier imagen juvenil.

Me duermo temprano, casi no salgo a socializar. Tengo al pequeño Nemo que me recuerda a cada momento que debo ver la vida en serio.

Me doy cuenta que no soy un joven cuando veo las fotografías de Rafadro y veo a toda la gente feliz. Con ese rostro de despreocupados que da envidia de la buena.

De alguna forma y voluntariamente renuncié a la vida mundana.

Sin embargo, me siento un niño cada que planeo algo de mi vida. Quiero pensar que me queda mucho tiempo. Me siento joven cuando pienso en como construiré la casa de ensueño.

Soy joven cuando manejo y cuando escucho música, así sea Frank Sinatra.

30 años no son nada y sin embargo...




MEA CULPA

Dice Julio (El Sueco) y dice bien, que los periodistas de Tijuana somos poco solidarios y carentes de sentido social.

El reproche de Julio es que no hemos hablado sobre el asesinato de un reportero en Tamaulipas.

En cuanto a eso, dice que el silencio es revelador y se presta a especulaciones.

Yo puedo explicar mi silencio.

El mundo periodístico es un asco. Creo que quienes trabajamos para un medio de comunicación conocemos las entrañas del mundo real en la política, por ejemplo. No porque seamos mejores, nada más vemos un sinnúmero de cosas de forma más directa.

En muchas de las páginas, de los blogs de periodistas, se plasma este asco hacia esa parte del gremio.

En el último año al menos ha habido media docena de incidentes con periodistas. Amenazas, atentados, etc.

Y con excepciones, la mayoría de las veces son mentiras. No son mentiras las amenazas a lo mejor, lo que es falso son las razones.

Un 90 por ciento de los reporteros en esta ciudad me generan nausea. No solamente no metería las manos al fuego por ellos sino que con gusto cooperaría para que salieran del gremio. Soy intolerante con la corrupción.

Con ese contexto, desconozco a qué se dedicaba este reportero muerto. No tengo referencia de él.

Prefiero no hablar sin saber. Aquí hablé del editor de Zeta porque las referencias que tenía de él eran claras y limpias.

Entonces, no se si en el caso de Tamaulipas se trató de un atentado o de un ajuste de cuentas.

Hay otras referencia de Julio en las que no estoy de acuerdo...

No hay amor a la profesión y parecen vivir un mundo aislado totalmente de la realidad tanto nacional como la latinoamericana en lo que concierne a la libertad de expresión o los peligros que estos sufren por escribir sus notas y dizque profesión. Estan comodamente conformes en su posición y la apatía es palpante.

Se equivoca. Al menos de mi parte no solamente le tengo amor a la chamba que me da de comer sino que le tengo respeto. No existe un mundo aislado de la realidad, por el contrario, porque conozco la realidad es que la puedo despreciar, desconfiar de ella o cuestionar.

Empecé a reportear hace 7 u 8 años. Nunca he dejado de hacerlo. Hablar de realidad latinoamericana me suena cursi, revolucionario y hasta cierto punto caduco.

Hablar de libertad de expresión me parece obsoleto.

Jamás he sufrido la censura de parte de un funcionario. La única vez que una nota ha dejado de salir por decisión de un superior fue por intereses económicos. Una nota donde cuestionaba a una universidad privada me ocasionó un regaño, una censura y un coraje.

El peor enemígo de la libertad de expresión no son los políticos sino el poder económico. Los empresarios son más peligrosos porque se ven menos.

Y sobre la apatía...de nuevo Mea Culpa.

Si, lo reconozco y lo he dicho muchas veces aquí... soy apático a muchas cosas. A los movimientos sociales sobre todo y es que conocer de cerca muchas cosas le quita el romanticismo que desde Suecia o desde fuera se puede tener de esa realidad.

Basta poner un tema sobre la mesa para encontrar que lo reflejado a la opinión pública es una visión parcial y por lo general errónea.

Ahora que lo pienso, la apatía es un valor necesario en cualquier persona que pretenda exponer una noticia más o menos objetiva.