SUSHIN

De la nada, en Tijuana y otras ciudades comenzaron a aparecer los restaurantes de comida japonesa. Desconozco las razones, quizás los precios, pero estos restaurantes comenzaron a ser símbolo de status.
Lo más IN era sentarte a comer un rollo, tempura, etc, etc, con los palitos chinos. Era gente bonita la que asistía. Para un Burgués de clase media como yo, se volvió algo difícil empatar esos gustos, ya que me dolía pagar tanto por tan poco. Además, mi paladar estaba atrofiado por las tortas, tacos y pizzas.
Tarde más de cinco años en poder desarrollar el gusto. Por primera vez, este día traía antojo de comer sushi, para lo cual me vestí decentemente, saque mis ahorros y sobre el restaurante.
Allí ya valió madre el status. Ahora cualquiera come sushi. No solamente eso, ya el sushi se adaptó al pueblo. Que no les gusta la jaiba, cangrejo o pulpo, no importa, le ponemos aguacate, pollo o chile jalapeño.

Ya no está de moda comer sushi, ahora es parte de la cultura general. Qué seguirá entonces, sabrá dios, pero por lo pronto reniego de esos locales de comida mongolesa que nada más no me llama la atención.