martes, julio 04, 2006

Leyendo a Daniel Salinas y su jornada del domingo, me sorprendió la forma en que relata las actividades. Y es que durante años cubrí elecciones y siempre me parecieron de lo más aburridas. Una jornada normal era así: despertar temprano, realizar recorrido por las casillas, ubicar las problemáticas (central camionera, correo) tomar alginas fotos de la instalación de las mesas y primeras votaciones. De ahí a tomar un desayuno leve, birria, menudo, tortas, etc... y brincar a las 9 a la rueda de prensa de las autoridades electortales. Lo que sigue es cuestión de agenda..seguir a los candidatos para ver como votan y lo que declaran. De ahí no pasa nada, cuando se tenía suerte, ver algún partido de la liga mexicana de futbol. Ir a descansar. Monitorear. Traer el scaneer. Posiblemente ibas a tener que hacer una salida para verificar un reporte. Finalmente sin importancia. Regresar a descansar, lo mismo a tu oficina, a tu casa. Lo más probable es que te des una vuelta por una sala de prensa, saludar a los colegas. Te vas a comer....después de ahí no haces nada más que esperar. A las seis de la tarde cierran las casillas, esperas a los resultados y se acabo. Por qué tanta gueva. Porque después de un par de experiencia entiendes dos cosas...siempre es lo mismo y el 90 por ciento de lo que reporteas no entra en la nota.
Es de esas jornadas que puedes anticipar de manera completa. Puedes poner "me da gusto en ánimo de la gente, sabemos que ha habido una buena participación y pues ahora vamos a esperar a que se de la jornada y a tener los resultados. Confiamos en que tengamos un buen resultado". Eso dicen todos.

Cubrir elecciones tiene menos de emocionante de lo que se cree. Es aburrido y predecible.

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