jueves, febrero 12, 2004

Muchos de los blogs buscan en todo momento definirse como auténticos. Existe un miedo a lo artificial, a lo prefabricado, como si esto representara un valor menor.

Andar por la blogósfera es pasar por todo tipo de mensajes. Hay quienes escriben diario y quienes lo hacen eventualmente. Quienes lo ven con toda seriedad como quienes lo ven como un divertimento.

Sin embargo en la mayoría de ellos podemos encontrar algo de pose. Esto visto como algo normal e incluso positivo. Todo mundo tiene miedo de la mediocridad, incluso de la de un blog.

Se trata en muchos casos de omitir lo cotidiano de lo cotidiano.

Se escucha mejor comer salmón, cangrejo y champiñones.

Se desprecian los frijoles con caldo y queso, los tacos de carne, los churritos con limón, los diablitos. El queso amarillo de los sandwiches (queso chafa) se sustituye por queso feta o brie.

Se habla de vinos, whiskys y cervezas de marca, dejando de lado el agua de horchata de La Michoacana, el tehuacán para la cruda y la milagrosa Coca Cola.

Hoy he amanecido entre los arrepentidos. Como católico hoy me reconozco pecador y digo que saldré en defensa a partir de hoy de lo cotidiano e intrascendente. De la comidad chatarra y las bebidas poco glamourosas, que en toda vida burgués debe representar un respaldo.

Y empezaré por rememorar una botana ya extinta. No se si alguien las recuerde pero para mí representan una huella importante de mi niñez.

Cuando México se dividía entre Sabritas y Barcel, yo recuerdo unas papas distintas que eran solamente de esta región. Se llamaban papitas Lourdes y lo más famoso que producían eran las quesitas, de color naranja y que al terminar te dejaba los dedos totalmente embadurnados. Eran el producto estrella y obligó posteriormente a la competencia a sacar unos similares, llamados Quesabritas y que luego se transformaron en chetos bolita (color azul la envoltura) o algo así.

Sin embargo lo m?s rico eran las lourdes negras (que en realidad eran cafés) con sabor adobado, las lourdes verdes eran sabor pizza y no tengo idea de que eran las lourdes naranjas.

Nada mejor que acompañar esas papitas con salsa guacamaya o tamazula (entonces ni idea de salsa valentina).

En ese entonces la bebida que rifaba eran los barrilitos de sabores, la RC Cola y Bravo de Naranja, esas últimas tamaño gigante. Posteriormente la Bravo fue sustituida por la Orange Crush.

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