martes, febrero 24, 2004

SOLIDARIDAD

La sola palabra me evoca recuerdos nefastos, ligados a la administración de Carlos Salinas. Los comerciales, la cancioncita, todo me genera nauseas.

Leo en algunos blogs este llamado a la solidaridad gremial (???) a favor de dos blogueros, quienes fueron detenidos en el DF acusados de robarse dos espejos de carro.

Desconozco si son culpables o inocentes. No me interesa en lo más mínimo sacar conclusiones simplistas porque no tengo los elementos. La lógica nos dice que son inocentes hasta que no se les demuestre la culpabilidad, a pesar de que todo se base en la declaración de dos policías.
El caso de los dos blogueros me es entonces ajeno. A lo mucho me genera pena, por ellos y su familia.

Pertenezco a un grupo que funciona como gremio. Sin embargo, el medio periodístico me ha enseñado que entre gremio y mafia no hay líneas divisorias. El caso de Tijuana es patético, donde cualquier animal con una pluma tiene su gafete de prensa y lo primero que buscan es el apoyo oficial, para publicar un pasquín de infame calidad.

Respeto a quienes se unen para firmar un desplegado, un pliego petitorio o mandar cartitas de presión. Sinceramente me parece ingenuo querer solucionar las cosas así. No tanto por la importancia, sino por la cantidad de estupideces que llevan la misma ruta, como es la defensa de las ballenas, de la vida (contra la píldora de emergencia), de jornaleros acusados de invasión, de maestros acusados de disturbio, la defensa de los valores morales para prohibir un concierto de Marilyn Manson, etc.

Pienso en los cegeacheros y me da la misma nausea que el comercial de solidaridad.

0 y tú que piensas?: