CRUDA MORAL
Solamente dos veces en mi vida he perdido la conciencia bajo el influjo del alcohol. Una fue cuando tenía 16 años y por andar probando de todo tipo de licores terminé ahogado. La segunda vez fue el viernes pasado.
Suelo ser un tomador social de bajo perfil. Prefiero beber en mi casa y nunca ha niveles altos. Pero tengo como debilidad las bodas. A pesar de que las fiestas en logeneral no me gustan, disfruto ir a las bodas, donde la atención está enfocado en alguien más y puedo beber y bailar incluso con tranquilidad.
Este viernes fue la boda de mi hermana y sirvió para mi regreso a Tijuana, por un par de días. Al momento de escribir estas líneas estoy en Dallas y tengo todavía un dolor de cabeza.
Además de la pérdida de conciencia vino también la de parte de lo bebido y comido, vomitando en un par de ocasiones. Hice una escena. Por suerte solamente hubo tres o cuatro testigos, todos cercanos a mi. En la fiesta nadie se dio cuenta y es que esa es otra de mis características, borracho me veo igual que sobrio.
Lo último que recuerdo es haberme parado a bailar a las 8 de la noche. A las 5 de la mañana abri los ojos para descubrir que estaba acostado en una cama extraña, con dolor de cabeza, mareos y sin tener una idea de lo que había pasado.
Detrás de todo eso queda la cruda moral. El pequeño remordimiento, no tanto de haber hecho el ridículo sino de haber perdido el sábado por completo debido a mi lamentable estado anímico.
La broma al día siguiente fue general, con unos meses de vivir en Estados Unidos, soy un clásico sprinbreaker que no aguanta nada.
lunes, febrero 27, 2006
el Rene at 10:07 p.m.
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