Mi lector precioso, mi héroe, chingao, es imposible dejar pasar esta semana sin comentar esa bella estampa de la idiosincrasia política mexicana que nos trajo el gobernador de Puebla, Mario Marín.
Estuve esperando dos botellas de cognac que me convencieran de no escribir nada al respecto, pero o las detuvieron en la aduana o Marín tenía otras preocupaciones.
El asunto es que al momento de leer en La Jornada la trascripción de las llamadas telefónicas hechas entre Kamel Nacif y diversos personajes, me llamó la atención una en lo particular, la hecha a un periodista.
Conforme pasaron los días, las llamadas ocuparon los principales espacios de los medios de comunicación, sin embargo a pesar de la difusión, la llamada con el reportero, presuntamente un corresponsal de un diario nacional y de radio, se mencionó muy poco.
En la nota escrita por Blanca Petrich para La Jornada, se menciona que la llamada es hecha con ?uno -periodista en activo- al que llama Andrés o ''muñeco''.
Desde que leí eso, me pregunté, por qué demonios una reportera profesional como Petrich podía dejar ese dato tan vago. Bastaba una llamada a algún reportero conocido en Puebla para saberlo, bastaba simplemente poner en Google el nombre de Andrés, Kamel, Puebla y Lydia Cacho para saberlo.
Lo más lógico es que por tratarse de un eslabón menor no tuviera importancia. Sin embargo siempre me quedé con la sensación de que no buscarle era también intencional.
Andrés Becerril se llama el reportero. Tiene años de experiencia y ha pasado por muchos medios. Al momento de la grabación se desempeñaba no como corresponsal, sino como reportero de Milenio Diario.
Ya no trabaja en ese medio. En entrevista de radio, según leo en un comentario editorial de quien fuera su jefe en Milenio, Carlos Marín, Becerril reconoció su culpa.
Desde que inicie en el periodismo me quisieron enseñar algunas malas mañas, entre ellas había una importante a la que siempre le saque la vuelta: entre gitanos no se lee la mano y perro no come perro.
Me hubiera gustado saber qué pasó con ese reportero después de este escándalo, ya que se hablaba de su posible incorporación al periódico Excelsior. Me hubiera gustado leer notas de seguimiento al caso, poner en evidencia la actuación tan poco ética de este mercader de la pluma.
Pero sobre todo, me hubiera gustado que su caso sirviera de ejemplo acerca del triste papel de algunos reporteros, que en este caso se venden por unos cuantos pesos.
Si alguien es capaz de venderse a un sujeto como Nacif, que no harán cuando llegan los ofrecimientos del narcotráfico, cuando el poder logra corromper tan a fondo.
Recuerdo que en uno de los narcovideos un sujeto decía que iban a matar a una reportera que no cumplía su parte en un arreglo con los narcos. Desconozco si esto fue o no verdad, pero valdría la pena saberlo, conocer esas historias.
Es muy fácil señalar a los policías corruptos, a los políticos corruptos. A lo mejor también es tiempo de señalar a los reporteros corruptos.
lunes, febrero 20, 2006
el Rene at 12:58 p.m.
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1 y tú que piensas?:
Hola me llamo Miriam, y tengo bastante cercania con la esposa de este reportero a quién llaman "muñeco", la verdad andaba vagueando en el internet y me enconté con este articulo, me gustaría saber si existe alguna investigación más acerca de este reportero, conozco bastante amplio a toda su familia y solo por curiosidad me gustaría saber en que acabó su participación en este caso mi hijo va a la misma escuela que sus hijas , y la verdad no tiene nombre el hecho de estar a favor de un pederasta siendo él un padre de familia de dos pequeñas , además sé muy bien en donde trabaja él y su esposa , quién por cierto también es corresponsal en una agencia de noticias
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