viernes, marzo 17, 2006

Entre mi rock y tu rock...

No suelo comprar pleitos ajenos ni defender honores mancillados.
Pero en relación al voto y a mi postura al respecto he de meterme en discusiones de otros.

No pienso votar. No tengo la más remota intención de hacerlo. Tuve en mis manos la posibilidad y finalmente decidí que no valía la pena.

Hace un par de años, cuando Hank salió ganador de la alcaldía de Tijuana si voté. Fue más por recomendación y sana presión de un consejero electoral que por gusto. Mi voto obviamente fue anulado. En lugar de marcar con una X el partido de mi elección, puse un sencillo mensaje Voto Nulo. Jamás votará por el menos malo.

Finalmente el voto nulo y no votar es lo mismo.

No puedo recordar con exactitud si voté hace seis años. Recuerdo que en mi mente di muchas vueltas, hasta que finalmente decidí jugar a eso que llamaban el voto útil. De lo que no estoy seguro es si finalmente pude votar, porque como suele pasar con muchos reporteros, el trajín del día a veces hace imposible ir a tu casilla (más cuando mi casilla quedaba lejísimos por no haber hecho cambio de domicilio).

Pero recuerdo algo. Esa vez estuve a punto de integrarme a una campaña que surgió en algunos estados. Era una campaña para no votar. Para que la gente simplemente no se apareciera en las casillas.

Dice Julio Sueco que quien no vota es porque tiene corazón de derecha y que si hay que salir a votar y votar por la izquierda.

Hace mucho tiempo que no leía un argumento tan simple. Empezando porque no hay izquierda y lo que queda de ella es un asco. En segundo lugar, porque en la baraja de candidatos no hay alguno que pueda garantizar algo firme. Todo es promesa, todo es barullo.

Tener cinco opciones mediocres no es democracia. Impedir la llegada de candidatos externos no es democracia (y no lo digo ni por Castañeda ni por el doctor Simi). A lo mejor el problema es que la democracia no nos ha servido. Ante este planteamiento he tenido discusiones. Me dicen que cuál es la solución entonces. No la tengo, pero no tenerla y tener este tipo de democracia, me da lo mismo. Entonces sigo pensando que el no voto es en si una postura válida.

Dice el sueco que viva la izquierda. Si lo que quiere decir es que votemos por López Obrador, órale, que lo diga así y vea si lo puede defender. Que vea si puede defender la falta de transparencia que ha tenido como candidato y que tuvo durante su gobierno. Que vea si puede defender la serie de estúpidas promesas, como la de construir un tren bala de Tijuana al Distrito Federal. Que defienda ell trato hacia los medios de comunicación, su respeto a las leyes y veredictos de los distintos órganos de justicia.

Si lo que quiere decir el Sueco es que AMLO es el menos malo. Orale, lo acepto. Sólo que en mi caso de votar por el menos malo a no votar, prefiero lo segundo. Lo siento más digno.

*Me tocó vivir los gobierno panistas en Baja California. Se lo quue es la llegada de la derecha cerrada, moralista, hipócrita. A mi no me venden el rollo de que el PAN es el partido que se preocupa por "la persona humana". Los gobiernos humanistas son una burla. Viví de cerca algunos de los casos más simbólicos del humanismo panista, como el caso Paulina. Se lo que es la derecha y sus conservadores y créanme, no soy de esos.

Que no me venga el Sueco con que no votar es tener corazón de derecha. No votar es mi derecho a vomitar por la política actual mexicana. Y ese derecho, no me lo puede quitar cualquier pendejo que me diga que "si no votas, no te quejes".

Quejarse es el deporte mexicano. Es lo único que nos queda.


PD...Alguna vez escuche la frase. Se refería a Cortázar. No hay nada más cómodo que ser un comunista en París. Desconozco si la cita es exacta. Pero pienso que es correcta.

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