St Paul - Akard - West End - Union Station

El día de ayer la ciudad registró una temperatura de 93 grados. Lo más alto que se ha presentado en los últimos años. El record anterior era de 89 grados y fue en 1899. Pareciera que la ciudad se muestra agradable para mi, es una buena forma de darme la bienvenida.

Antes de llegar aquí me habían advertido de los inviernos crudos y del calor infernal. Parece que hemos superado una gran parte del invierno, esperemos que se mantenga. Del calor, que puedo decir, Mexicali me enseño varias veces lo que es el infierno, espero algo igual.

Pero en fin, el calor me obligó a algo ayer. Me sacó de mi oficina y me lanzó a caminar por las calles del centro de Dallas. No tenía otra intención que disfrutar de una caminata, luego de la comida. Me hubiera gustado sentarme en una de las bancas a leer. El calor no era sofocante, al contrario, había un pequeño viento que lo refrescaba.

Tenía mucho de no caminar así, por el simple placer de hacerlo. Me parece que las caminatas se podrían volver cotidianas. Por la mañana de hoy la sensación fue otra. Quisiera no tener que trabajar y poder sentarme en el tren y no dejar de leer. El tiempo pasa rápido cuando me pongó a leer en el tren. Me gusta el movimiento, el ambiente, todo.

Estoy acostumbrado a leer enclaustrado. De hecho desde el nacimiento del Pequeño Nemo mi rutina de lectura cambió. Estoy aprendiendo a leer en medio de todo. Alguna vez lo logré, espero volver a hacerlo.