viernes, agosto 06, 2004

DE ENTREVISTADOS Y ENTREVISTADORES

Hablar de política es siempre un riesgo. Riesgo de explicarlo mal y riesgo de ser mal entendido. La pasión que envuelve a este tema hace que muchas veces se interprete mal.

No soy yo nadie para defender a Daniel Salinas por los cuestionamientos en su tag sobre su creciente simpatía a Jorge Hank. En primer lugar porque sabe defenderse bien y segundo, porque creo que es un asunto de intepretación.

Para quien nunca ha entrevistado a nadie es difícil entender las diferencias entre las personas que conceden entrevistas. Hay personajes antipáticos que pueden ser excelentes conversadores en una entrevista o al contrario, simpácticos como Ruffo, que al momento de prender la grabadora te obliga a interpretar todo lo que dice pues no es coherente.

Dentro de las herramientas del periodismo, la entrevista es una de las formas más complejas porque aparentemente es fácil y cualquiera puede hacerlo. Para alguien que tiene que escribir notas, las primeras experiencias demuestran que entrevistar a alguien una hora no garantiza absolutamente nada.

Puede tratarse solamente de paja. Es ahi cuando un reportero tiene que ir tomando cancha, lo mismo para buscar que caiga en un error, que para descubrir alguna idea interesante y aprovechar para que abunde en el tema.

Hay entrevistados muy cancheros, que fácilmente sacan la vuelta a cualquier pregunta. En mi opinión, es mejor ser un entrevistador inteligente que agresivo. Finalmente, el protagonista debe ser siempre el otro y no tu.

Lo vemos comúnmente en la televisión. En espectáculos no importa el entrevistado sino el entrevistador. Se ganan un presunto reconocimiento con sus preguntas agresivas, acosando al entrevistado.

Hay otro tipo de entrevistadores más listos, que sustituyen la agresividad con ingenio. Es el caso de López Dóriga en radio, del mismo Brozo, quien hace uso además del sarcasmo para romper la concentración del entrevistado.

Por el lado de los entrevistados, la experiencia y el carácter también los hace distintos.

Algunos funcionarios como Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Bartlett o Cuauhtémoc Cárdenas son cerrados, con mucho colmillo y huraños, pero no por eso dejan de dar nota cuando ellos quieren.

Hay otros como Felipe Calderón, Bravo Mena o el mismo Fox, quienes se hacen bolas con sus palabras y luego niegan que dijeron lo que dijeron. Hay personajes que es un delirio entrevistar, como la guera rodríguez, porque sabes que con presionar poquito te dará nota y lo más seguro que folklorica.

A nivel local, la mayoría de los funcionarios son entrevistables, aunque sin esperar nada extraordinario.

En el caso particular de Hank, tiene una particularidad que me parece fue parte del éxito en su campaña. Es un cínico.

Ese cinismo, el tono sarcástico con el que habla, los malos chistes y el valemadrismo que te puede dar tener una fortuna de 500 millones de dólares, hacen que la entrevista sea llevada por él, más que por el entrevistador.

Hay quien busca la entrevista por informar de algo. Casos como el gobernador o el alcalde, donde tienen un equipo que los prepara para el manejo de algunos temas.

En el caso de Hank la presencia de los medios le incomoda. Acostumbrado a tener sirvientes y mandar, la responsabilidad de conceder una entrevista la afronta con ese cinismo.

Sabe que quien está enfrente busca la nota y se divierte con algunos chistes, marcando siempre que el tiene el control. Si algo dijo, como el caso del Negro Durazo o Echeverría, el te hace sentir que fue porque el quiso.



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