La decadencia optimista
No hay nada como una voz externa para inyectar una dosis de optimismo.
Cuando empezaba a lamentar una serie de infortunios - al menos eso pensaba yo - que ponían mi vida con una sombra, llega una historia que hace ver mi vida como lo que es, una cómoda existencia burguesa.
Escuchar esa historia me hizo ver que mi vida es estable, tranquila y con grandes dosis de felicidad. Las enfermedades del pequeño Nemo no son nada comparadas con las largas estadías de la persona con la que platicaba, atendiendo a su hija de problemas del corazón.
Me sentí estúpido de quejarme por lo que tengo. Después de eso me queda un sentimiento de optimismo. A pesar de todo, creo que soy agradecido con la vida.
Sin embargo no es un asunto popular.
Nuestra cultura ve con buenos ojos el dolor. La felicidad es incomprendida. Nada como las crisis existenciales, nada mejor que la pobreza, lo "underground", la decadencia. Es por eso qe lugares como el Turístico, la Ballena o el Zaca son tan populares.
Es nuestra dosis de interacción con el mundo marginal. Somos decadentes por algunos minutos. Otros lo hacen por que las cervezas son baratas o por la ausencia de poses (esto cada vez menos) sin embargo una gran mayoría va porque el lugar representa un nuevo status.
Qué seguirá después, donde está la nueva decadencia?? Ir a ligar morritas de la maquila, tomar cervezas en el Ochoa´s o el Capistrano y finalizar en el Parque de la Amistad viendo a los patos leprosos nadar.
sábado, agosto 21, 2004
el Rene at 10:13 p.m.
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