miércoles, agosto 11, 2004

No hay nada como el hogar.

Para alguien que pasa la mayor parte de su tiempo en casa, ya sea escribiendo alguna nota o viendo algún partido de futbol, el tener una casa confortable es importante.

Mi casa dejó de serlo.

En poco tiempo mi casa se ha convertido en un martirio. Los juguetes del pequeño Nemo han invadido. Los espacios se han ido reduciendo.

Quizás el principal problema es la ubicación. Sufro cada que tengo que salir de casa y enfrentarme a la vía rápida. Los juegos de beisbol son un nuevo problema porque generan un tráfico espantoso.

Con eso, mi casa ya no es mi casa.

Y este sentimiento de no pertenencia hace difícil el meterle un peso para mantenerla.

Ahora entro en un nuevo proceso de búsqueda de casa que posiblemente me tome alguos meses. Habrá que traspasar donde actualmente vivo y buscarle con calma.

La compra de la casa es una de las decisiones más equivocadas que he tomado pero hasta de eso se aprende.


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