EL LEGADO DE BILLY GRAHAM

Nunca he entendido esa emoción que tienen los gringos cuando escuchan a un predicador. Recuerdo todas las mañanas de domingo, en la televisión de San Diego las misas con grandes discursos, emoción, todo un show, dado por un predicador.

Uno de los grandes,de esos que entendieron que la fe era un gran negocio, es Billy Graham.

Hoy su hijo llego a Tijuana y el marketing junto a él. Al llegar a la rueda de prensa me esperaba un folder con seis distintos comunicados. Información de soporte, fotografías de estudio y en acción (una hermosa fotografía donde el heredero abraza a una niña pobre).

Durante tres días predicará en la Plaza Monumental, ante 60 mil personas, segun esperan los organizadores.

Lo curioso es el pefil. En la rueda de prensa se le cuestionó el asunto de la violencia y la desesperanza ante una realidad tan vacía. Y el predicador dejó ver lo que le interesa.

Tijuana es importante en materia de fe, no por los homicidios, ni por la necesidad de brujula de los migrantes. Sino por la vulnerabilidad de los trabajadores de las maquiladoras, que requieren de una referencia espiritual ante el vacio de su vida.

Tijuana es ante todo mano de obra, lo mismo para fabricar televisiones que para mantener un gran negocio de fe.