Leo a Bruno Ruiz P. sobre la frontera. Después encuentro algo de Yepez al respecto.

Empiezo por el segundo... dice..

Vamos siendo militarizados como ninguna otra frontera entre países "amistosos". De aquí a que seamos declarados asunto de Seguridad Nacional, estamos a un paso, y en ese paso, a cualquier acción de Seguridad norteamericana: intervención militar o gubernamental directa.

Me parece hasta cierto punto ingenuo. El territorio estadounidense colindante con México desde hace mucho está militarizado. Desde la implementación del Operativo Guardián, con instrucciones a sus agentes de la Patrulla Fronteriza sobre como defender la zona.

"Vamos siendo"... no... están militarizando una parte. La parte mexicana no está militarizada.

La seguridad nacional en Estados Unidos está a las órdenes de la economía, entonces la intervención se da en función del dinero.

En su página BR le contesta a Julio Sueco sobre su visión de la frontera y la mexicanidad.

El que no lo entienda, es porque está engañado o romantizado con una idea de que Tijuana rescata los valores del resto del país, su cultura mexicana, sus tradiciones (joder, aquí los niños festejan Halloween y no el Día de los Muertos.

Pero si vives en Los Ángeles, o en Suecia, estas cosas no son románticas para el confort intelectual. Quieres recordar a tu tierra como símbolo de una cultura nacional, soberana, para sentirte con algún tipo de identidad. Decir, caray, mi tierra es bien mexicana, yo soy mexicano, aunque viva en el exterior.

En efecto, estamos inmerso de la cultura norteamericana, pero a diferencia de los mexicoamericanos no sufrimos un rechazo de parte de los gringos porque no nos interesa integrarnos.

Me parece que con excepción de unos cuantos teoricos y académicos, a la gente común no le interesa hacer una defensa de los valores nacionales como forma de forjar una identidad.

A diferencia de los mexicoamericanos que buscan la defensa de sus costrumbres y cultura de forma más violenta, como herramienta de protección, los "fronterizos" no tienen esa necesidad.

El riesgo para los mexicoamericanos es quedarse en un limbo cultural. Para los tijuanenses ese riesgo no existe.