jueves, junio 03, 2004

Hay tres cosas importantes en la vida cotidiana a la que suelo darle su importancia.

Cuando se trata de zapatos, de colchones y de carros me voy con cuidado.

Cuánto tiempo pasamos dormidos en nuestra vida. Si además de eso le sumo el tiempo en que observo televisión desde mi cama o trabajo, navego y otros etc..wntonces no veo la razón de no invertir un buen billete en un colchón.

Lo mismo sucede con los zapatos. Ante todo busco que sean cómodos ya que mi repertorio se reduce a tres o cuatro pares solamente por inventario. Unos negros, unos cafés, unos informales y unos tenis.

Ahora he decidido cambiar de carro, tras tres años de utilizar el mismo. Es un buen carro, pocos problemas y mínimas visitas al taller. Pero es un carro alto, SUV que le llaman y lo peor, es standard.

No tengo idea de que comprar. Si una minivan para entrar de lleno al concepto doñil familiar, si comprarme un carro bajo, tradicional y bueno para la chamba o intentar con otra camioneta.

Me muevo muchísimo en carro. Los fines de semana, cuando descanso, solemos tomar carretera y asistir a lugares más retirados, por lo que el uso no es solamente laboral.

Para muchos el carro es una cadena que te genera dependencia. En mi caso, lo disfruto.

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