miércoles, junio 09, 2004

VERDE OLIVO
Generalmente se dice que cuando un reportero pone en su nota que no hay informacion o que las fuentes estuvieron herméticas es porque se es un mal reportero.
Puede ser que en muchos casos sea así, pero una fuente difícil, no imposible, es el Ejército.

Los soldados están hecho para obedecer, no para hablar.
Preguntarle a un funcionario castrense algo es como ofenderlos. Los hay diplomáticos y los hay agresivos. en su mayoría los militares son hoscos, escurridizos, incluso medio rancherones.

Eso si, muchos guardan un odio hacia el mundo exterior.
Hay sus excepciones, como el General Castillejos, quien tras un intercambios de cervezas cada vez que lo veía reclamaba el no visitarlo en Mexicali, donde tenía su dotación de Indio.

Hoy se dio un incidente donde se involucra a militares y me da risa que al buscar información se sorprenden de que alguien pueda tener tal desfachatez. Incluso funcionarios estatales que hablaron para ponerse a las órdenes se quedaron con las ganas pues no hubo respuesta.

En un par de ocasiones me ha tocado llevar de raite a un soldado. Las dos ocasiones fue invitado a hacerlo en un retén.

Al llegar a la caseta de Ensenada, vía a Tijuana, un soldado me preguntó que hacia donde me dirigía. Sacado de onda le contesté que a Tijuana y me pidió que le diera raite a un compañero. Solamente le puse una condición, que trajera cigarros. Ers la época en que todavía fumaba.

Los primeros 10 minutos fue solamente silencia. Música de fondo. Cuando vio mi gafete de prensa me empezó a preguntar cosas de la profesión. De ahí en adelanto no lo pude callar, contando de los abusos, del desmadre interno.

La segunda vez fue algo similar. Hablar, hablar y hablar. En el fondo tienen necesidad de ser escuchados. En ambos casos había una cuestión especial. El estar en Baja California era un castigo.

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