Durante mucho tiempo pensé que uno de los tesoros más grandes que se podían tener, a manera de bitácora de vida, eran las fotografías. Cientos de fotografías estuvieron guardadas en mochilas, cajones y libreros.
La fotografía digital vino a darle en la madre a esto y con ello a mi percepción también cambió.
Las fotografías digitales no son nada. Son 340 kb. Físicamente no existen, por lo tanto se convierten en meros recuerdos.
Pero como en materia de recuerdos la memoria transforma, esas imágenes se transforman de forma instantánea.
Una gran parte de las fotografías que yo guardaba murieron al fregarse el disco duro de mi computadora vieja. Todo mi pasado, al menos los testimonios visuales de mi pasado, desaparecieron.
miércoles, abril 14, 2004
el Rene at 8:43 p.m.
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