miércoles, abril 28, 2004

Esto dice José de la Colina en su columna de hoy en Milenio Diario.

Creo que a veces la blasfemia, o la profanación de un culto, no es un crimen, particularmente si se trata de ese culto con el cual los academicoides, poetoides y dizque cultos politicoides, han puesto a don Quijote en la condición de momia... ilustre pero momia. La blasfemia y la profanación, aunque no vengan de los buenos, sino de los malos o de los regulares, a veces son formas de honrar: algo así como homenajes en antítesis. Y por eso también pícaros de la tribuna leguleya y de la justicia trucada pueden, a su modo, rendir homenaje a lo que homenaje merece.


...En relación a la jornada en que se leyó el Quijote en voz alta y en la cual iba a participar Vicente Fox pero quede última hora canceló (al parecer el argumento fue que a la nueva literatura no le entiende). José de la Colina leyó después de que lo hicieran Diego Fernández de Cevallos y Antonio Lozano Gracia, pero aprovechó para gritarle "Blasfemo" al hombre de las barbas.

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