domingo, noviembre 11, 2007

Costumbres Gastronómicas

Durante años, sobre todo la época en que reporteaba, el desayuno era un lujo que no me daba. Cuestión de organización, de prisas. El caso es que de repente tomaba un café, un pan en alguno de los eventos, pero hasta ahí. Hubo un tiempo, muy corto, donde el desayuno era el pretexto perfecto para ir a platicar con alguna fuente. No estaba acostumbrado, mi cuerpo no lo requería.

Sin embargo, mi vida siempre estuvo llena de puestos callejeros de tacos, tortas, birria, barbacoa o mariscos. Después del mediodía me detenía en cualquiera de ellos y con eso aguantaba hasta las 4 de la tarde donde ya comía como dios manda. A diferencia de lo que dicen, que desayuno de rey, comida de príncipe y cena de mendigo, mis cenas siempre fueron bastante fuertes.

La llegada a Dallas cambió en mucho mi dinámica. Ahora sigo sin desayunar, pero no perdono mi café a las 9 de la mañana. El cuerpo lo pide y yo sólo cumplo órdenes. De vez en cuando una galleta, fruta o yougurt. A las 12 del día viene el "lunch", que es un comida normal, fuerte. Con eso en teoría aguanto el día.

Al llegar a casa es la comida, por ahí de las 6. Y en la noche algo ligero.

Texas tiene fama de ser uno de los estados con mayor obesidad. Y ya si no, aquí todo es frito, con queso cheddar y empanizado. La Feria Estatal tiene concurso de eso, encontrando en los últimos dos años cosas como pay de queso empanizado y frito, coca cola frita, entre otras cosas.

Durante un tiempo salía a comer diario. Ahora más o menos trato de llevarme mínimo tres veces a la semana un plato con comida un poco más sana. Lo mismo en la tarde en casa. Ahí si es cuestión de prepararla porque comprarla sale caro y no hay nada saludable.


Thanksgiving

Dos años de Accion de Gracias hemos pasado aquí. Antes de eso y viviendo en frontera con familia en San Diego, varias veces me tocó cenar pavo esa fecha. Quizás se trate de la fecha con un poco más de sentido, aunque sea religioso, y menos comercial. Está basado obviamente en el rollo de los pioneros, los primeros pobladores de las 13 colonias. Pero en la actualidad es algo asi como un pago de culpas. Los hijos viajan en donde estén para reunirse por una noche con la familia en torno a un pavo.

Y esto tiene que ver con otro tema del que después pienso hablar. Aquí es común que la familia esté repartida por todo el país. Así que tiene un poco más de sentido.

El caso es que ni siquiera navidad tiene la fuerza del día del guajolote. Y con dos años aquí nos tocó celebrarlo digamos que de forma colateral. El primero fue formal, pero en un restaurante. Un par de primos que viven aquí recibieron a sus papás y hermana. Fuimos invitados a la cena, aunque no fue pavo. El año pasado estuvimos en casa y de última hora fui a comprar un pollo preparado, con su guarnición. No recuerdo bien si era pollo o a lo mejor unas pechugas de pavo. Pero nada formal.

Este año ni idea que haremos. Quizás para el próximo año si tengamos que preparar todo según el librito y es que el Nemo ya comenzó en la escuela a ver todo el rollo del Thanksgiving y no dudo que empiece a preguntar.

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