Narcoficción o las bitacoras del Cártel
Algo que tenía el narcotráfico hace diez años es que las historias que aparecían en la prensa podían estar completamente aderezadas de ficción y no pasaba nada. Me imagino que el narco, al ver que su vida comenzaba a aparecer en los medios como una novela, simplemente se reía. Hubo caso, recuerdo un par, donde por asuntos del ego o el honor precisaban ciertos detalles.
Saber si la historia del primer asesinato de Ramón Arellano afuera del Britania es completamente real o no es difícil. Obviamente la historia muestra a un Ramón feroz, sanguinario, justo el perfil que a él le convenía tener frente a los enemigos.
Como es hay mil historias, contadas en periódicos.
Sin embargo, creo que eso ha ido cambiando. Las nuevas generaciones de narcos están más metidos en la tecnología. Siguen igual que los de antes, riéndose de las historias, pero es posible para ellos escribir las propias. Basta poner en google "blog" y "narco" y navegar un poco. Y es que detrás del narco, por lo menos esa enseñanza nos dejaron los narcojunior, no está la búsqueda del dinero. Ellos lo tenían, pero querían algo más, el poder.
De que sirve ser millonario pasando carrros con mariguana a San Diego si no voy a poder traer mi camionetota vistosa, mis joyas, mi equipo de trabajo/admiradores/guardaespaldas. El chiste no es el dinero sino el mostrar que lo tengo. De ahí que la historia de porque Ramón mató a Armando López "El Rayo" en 1989 o un mes después a una persona que le pidió bajar el volumen de su radio, siga tan vigente.
sábado, noviembre 17, 2007
el Rene at 11:24 a.m.
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