Quizás no he pedido muchos autógrafos a lo largo de mi vida. El último de ellos hace más 15 años. Sin embargo hay dos que recuerdo mucho.
Recuerdo que fue en el auditorio municipal. No se ni que día ni a que horas, pero fue una buena tarde en que el espectáculo principal lo tenía Luis de Alba, disfrazado en la última parte del ratón Crispín.
Minutos antes había cantado Chava Flores, de quien conocía sus canciones porque mi madre tenía un par de discos.
Yo tenía un cuaderno. Mi papá me acompañó hasta los camerinos que se montaron en el Auditorio y Chava Flores, ya con problemas en la garganta que se reflejaban con una tos, salió a saludar. Recuerdo que me dijo algunas palabras y que yo pude mencionarle algunas de sus canciones que eran mis favoritas.
Realmente me emocionó ese autógrafo. Tenía quizás ocho o nueve años.
El segundo autógrafo fue en la misma época. Fue una de las últimas funciones que se presentaron en la Arena 72, junto al Ruben Hood. Ese día habíamos llegado tarde a ver la función de lucha libre.
Mi idea era llegar muy temprano para pedir autógrafos en un cuaderno lleno de recortes con fotografías de luchadores. Llegamos tarde, quizás una hora y mi ánimo estaba por los suelos.
Al ir llegando, una cuadra antes, baja un sujeto de un carro, veo que se agacha hacia el interior y se pone una máscara. Se trataba del Villano III, uno de mis grandes ídolos. No le alcancé a ver el rostro, pero si identifiqué la máscara.
Sabía yo que estaba programado para la lucha principal pero no pensé que lo pudiera encontrar en la calle.
Esos dos autógrafos se perdieron. Hubo otros que hasta pena da mencionarlos. Un día que decida sacar demonios podría contar historias.
lunes, mayo 31, 2004
el Rene at 8:00 p.m.
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