Algunos dedican parte de su vida a resolver conflictos existenciales. Algunos están pensando constantemente en la relación México - Estados Unidos. La corrupción en los partidos políticos, la sucesión presidencial, el futuro del medio ambiente, todos son temas de reflexión.
En mi caso todo se detiene un segundo, para dar paso a atribulaciones cotidianas, como el resolver el problema de la educación de mi hijo, del tipo de relación que pretendo guardar con él.
La paternidad irrumpió en mi vida. A manera de ejercicio psicoanalítico evalúo mi experiencia desde la perspectiva de hijo, frente a una educación recibida.
No sé si es algo normal, pero el hecho de pensar en como va a crecer mi hijo me agobia de manera constante. Lo escribí antes aquí, que al momento de nacer, mi hijo generó en mí un gran miedo a la muerte, al pensar en la posibilidad de no verlo crecer.
Mis estándares de vulnerabilidad cambiaron, mis miedos crecieron. Una y otra vez pienso en que cada acción mía se reflejará en él. No se trata de usarlo a él para cumplir sueños truncados o frustraciones propias.
Me encuentro a punto de tomar una decisión difícil que modificará en mucho mi futuro y obviamente el suyo. Aunque solamente tiene un año y medio, el cambio se reflejará me imagino de inmediato.
La decisión se toma ahorita, las maletas se hacen en algunos meses. Esto de la migración es nuevo para mí. Mi tierra solamente ha sido esta.
domingo, marzo 07, 2004
el Rene at 11:41 p.m.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 y tú que piensas?:
Publicar un comentario