EN DEFENSA DEL LUGAR COMUN

Tomar un vaso de buchanan´s con dos hielos. Escuchar Tears in Heaven, versión unplugged, de Eric Clapton. Darle un beso a ella, otro al bebé y planear una caminta por la playa. Criticar el atentado en Madrid. Observar las noticias para estar enterado del conflicto en el PRD tras el escándalo. Beber un nuevo vaso de whisky. Planear una cena perfecta, de salmón, vino blanco y una pasta de aceituna. Tomar una cerveza de barril en el Patricks II, mientras transmiten un partido de hockey. Discutir sobre la corrupción priísta en los tiempos inmemoriales, de la reciente corrupción panista y perredista. Decir que Elizabeth Hurley es un viejonón. Hablar de los poetas malditos y la falta de nuevos valores de literatura en tu colonia. Comprar un boleto de lotto y luego pasar tres horas pensando en todo lo que harías con el dinero. Ir por el tercer vaso de whisky. Bajar canciones recomendadas por el PGBEAS de Kazaa. Comprar un nextel y tener más de 20 contactos en menos de tres días. Escribir en el blog una historia triste sobre tu pasado, lamentarte y permanecer toda la noche pensando en lo que pudo haber sido. Mentarle la madre al gobierno, mentarle la madre a tu vecino, al presidente. Servirte un cuarto vaso, quinto, sexto. Decidir que a pesar de ser un lugar común, el amor es lo único que hace falta (Lennon dixit). Ir al Ruben Hood, al Turístico, al Chips Bar. Dormir y soñar que vuelas, que has muerto o que competías en una carrera de campo traviesa. Rentar una película de Spilberg y quedarte dormido.