jueves, marzo 18, 2004


Me gustan los pronósticos electorales. Me gusta tratar de entender las campañas, los números y las probabilidades de los partidos.

Me recuerdan las carreras de caballos y los pequeños detalles. Me gusta esa parte de la política, la marginal, la de observación a distancia. Me gusta anticipar y a veces sorprenderme. Es tarea del periodista hacerlo, estar preparado para los escenarios.

Estando relativamente cerca de los partidos es fácil escuchar las voces de los "expertos", quienes diseñan, desarrollan y asesoran a candidatos. A veces los esquemas son tan infantiles, estúpidos, pero sobre todo erróneos.

Cuántas veces no he escuchado a algún asesor decir que tienen detemrinado porcentaje de votos y al momento del resultado se tiene que tragar su optimismo. No hay nada peor que creerte tus mentiras, que confiar en tu propia fe como fuente científica.

No hay nada peor que estar en medio y no ver las cuestiones simples, obvias, como las alianzas, las traiciones. Ayer me decían que todo estaba resuelto, que la cargada podía empezar. Mentira, la cargada no empieza hasta no ver todas las cartas y el dedo mayor se ha guardado dos o tres.

0 y tú que piensas?: